17.1.09

Krill a la fitoplancton

La cocina regional es la que se hace con los productos que naturalmente crecen en cada región en particular. Así tenemos la cocina mediterránea, oriental, etc.
Esta receta pertenece a la región antártica, donde, como es bien sabido, lo que más abunda es cubito de hielo. Pero si busca bien... algo va a encontrar para la hora de manducar. Un plato fácil y sabroso es el “Krill a la fitoplancton”.

Ingredientes:
3 kg. de krill (un bicho parecido al langostino pero más bigotudo)
½ kg de fitoplancton (no confundir con Fito Páez. Es como una verdurita microscópica).
Grasa de foca, un trozo.
1 huevo de pingüino (sí, hasta en esto está metido...).
líquenes y musgo para decorar (haga de cuenta que es lechuga).

Preparación:
Este plato lleva un día entero de recolección y diez minutos de cocción.
Si bien es un plato fácil de preparar, la verdadera odisea es conseguir los ingredientes. Como sabrá, no los va a conseguir en el supermercado, así que tendrá que ir usted misma en su busca. Se emponcha bien, se calza botas hasta la rodilla, lleve los aparejos de pesca y sale de recorrida: comience a las 22 horas.
El krill se captura con red, en la superficie helada del mar, de noche y con un reflector para atraer al cardumen.
El fitoplancton es más complicado, pero lo reconocerá pues flota como aserrín en el agua, sólo que más verde y espumoso. Tenga cuidado porque es resbaloso al tacto, júntelo con colador de té, bien temprano al amanecer.
Para hacerse de grasa de foca deberá buscar entre las rocas; en la costa suelen quedar restos, luego de que un predador se haya alimentado.
Para hallar huevos de pingüino... (no sea obscena), camine por la playa al mediodía, imitando su andar bamboleante, porque si la descubren la atacan a picotazos entre todos (suelen hacer eso, sí...). Camine con ellos hasta que lleguen a la zona de nidos (posiblemente deba trepar por los acantilados), y tome un huevo con disimulo. Salga de allí lo más rápido posible.
Ya llegando al atardecer, olvide el cansancio y busque un sector de rocas porosas: allí encontrará adheridos el musgo y los líquenes. Como no podrá transportar las piedras, raspe los huecos con un cuchillo afilado y arranque trozos de vegetales. Tenga especial cuidado con los bordes cortantes de las piedras.
De regreso en su refugio, si no cae extenuada (recuerde que salió la noche anterior), tome una cazuela y derrita la grasa de foca. Pele los krill sacando antenas y patas pinchudas. Saltéelos en la grasa 5 minutos. Agregue el fitoplancton y reserve. Bata el huevo, sazone con sal y pimienta (eso debería tenerlo entre sus provisiones habituales...) y vierta sobre el preparado. Lleve a fuego diez minutos hasta que cuaje y tome cuerpo de tortilla. Desmolde sobre una fuente y decore con el musgo y liquen previamente enjuagados.
Ahora sí... a disfrutarlo, solita. (No creo que nadie se atreva a vivir con usted en semejante clima...).
Bon apetit!

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