Para vos, joven mujercita en edad de merecer.
Para usted que ya no se cuece en el primer hervor.
¿Quieres sorprender a tu pareja con algo distinto? ¿Te gustaría esperarlo con una cena lista, pero no sabes cocinar ni salchichas de Viena?
Para todos aquellos y aquellas que no quieren quedar relegados y sueñan con subirse al tren culinario tan de moda por estos días, tengo para ustedes la receta ideal.
No se pasa nunca de punto (y si se pasa, no hay problema: se auto soluciona).
Auto-gestionamiento de sus propios ingredientes. Auto-reciclable. Sin horno. Sin gastar gas.
La comida perfecta, en suma.
Ingredientes necesarios:Un (1) Ave Fénix mediano (del tamaño de un águila, aproximadamente).
Especias.
Finas hierbas.
Un matafuego
¡Nada más!
Preparación:1-Activar el Ave. De no tener a mano un ángel para que lo haga mediante su espada flamígera, pelar un clave eléctrico y descargarle durante cuatro segundos 220 voltios de corriente alterna.
2- Dejar al alcance de la susodicha, especias a elección y finas hierbas. Ella solo se encargará de formar una especie de guarnición en forma de nido.
3-Controle que ella ponga un huevo. No haga nada con él; solo observe y espere.
4- IMPORTANTE: armarse de paciencia y esperar tres días.
5- SUMAMENTE IMPORTANTE: tenga a mano el matafuego.
6-No se alarme si luego de pasados los tres días el Ave se prende fuego espontáneamente: es parte de su naturaleza. Coja (perdón) el matafuego y rocíe al ave hasta que este se extinga por completo.
7- Servir acompañado con la bebida que más le plazca. Un consejo: el vino de misa sería lo ideal.
Opciones:En caso que el matafuego haya estado vencido y su preciada avecilla haya quedado convertida en cenizas, no se preocupe, se auto-reciclará y no habrá perdido nada. Del huevo renacerá ella misma. Eso sí, tendrá que poner a prueba su paciencia, ya que esto ocurre cada quinientos años.