30.6.08

Asado de editor a la milagrosa

Antes de comenzar con nuestro plato de hoy, algunas advertencias.
Los editores son criaturas sumamente difíciles de capturar; al parecer, poseen un sexto sentido con el cual detectan desde lejos la presencia de los cazadores. Veloces como perdices y tan resbalosos como un pez, algunos, al ser acorralados, pueden escupir veneno, o pegar patadas en los puntos más vulnerables del cazador.
Si bien sus cuevas son relativamente fáciles de hallar, ubicar al editor propiamente dicho es una tarea ardua; para llegar a él, a veces es necesario eliminar a otras criaturas que comparten su reducto, y cuidarse de telarañas, plantas carnívoras, laberintos sin salida, y otras trampas que el astuto animal utiliza para evadirnos.
Si por milagro usted ha conseguido atrapar uno de estos escurridizos especimenes...
¡Ponga manos a la obra y obtenga su bien merecida recompensa...!

PREPARACIÓN: Tómese un editor, preferentemente joven, (resultará mucho más tierno que uno veterano ya acostumbrado a escapatorias, con el consiguiente endurecimiento de su musculatura.)
Córtele la cabeza, para evitar que durante la cocción tome algún sabor desagradable debido a ojos críticos, oídos sordos, sesos amargos o lenguas venenosas, elementos que se pueden encontrar, ya sea solos o en conjunto, en este tipo de apéndice editorial.
No se preocupe por las entrañas o el corazón; por lo general estas criaturas las han dejado en algún sitio inalcanzable, ya que no suelen llevarlos encima cuando van a su cueva. Algunos cazadores dudan, incluso, de que los posean, pero creemos que son puras exageraciones.
Hiérvalo en leche no pasteurizada, previamente dejada al sol o en lugar cálido, a fin de acelerar su descomposición, y obtener así lo que se conoce como “mala leche”. Este producto, a pesar de su abundancia, no es sencillo de adquirir, pues nadie reconoce poseerlo; por tal motivo, aconsejamos su fabricación casera.
Durante la cocción pinche reiteradamente con críticas y reseñas agudas; sazone con teorías literarias a gusto y esperanzas varias; deje hervir unos 45 minutos, o el tiempo necesario para asegurarse de tiernizarlo bien. Retire del fuego.
Deje enfriar y escurra. Tire el líquido de cocción, que no sirve para nada. A través de la abertura del cuello, rellénelo con páginas escogidas de poesía, cuento y/o novela de su autoría
Prepare un buen fuego con suplementos culturales de rápida combustión y con madera de Marketing o Bestseller. Un combustible que arde muy bien, y no deja residuo alguno es el carbón de Autoayuda, de fácil adquisición.
Coloque al editor sobre la parrilla o ensártelo en el spiedo; cocine a fuego lento hasta dorarlo bien. Sirva con ensalada de contratos jugosos y un puñado de derechos de autor bien salados.

CONSEJOS
  • Si el editor fuera mayor, se puede reemplazar la leche por agua mineral; sus propios jugos reemplazarán convenientemente el producto lácteo.

  • Pasadas 24 horas de cocción sin que el editor se ablande, aconsejamos tirar todo a la basura; el producto será intragable e indigerible, mejor confórmese con un sandwich de blog y autoedición.

Sopa Desconstructiva

Del Capítulo 8 “Sopas Artísticas” del libro “Sopas, Pastas & Panes”

Se coloca agua en una cacerola mediana, una cucharada sopera de aceite de oliva, sal a gusto, un caldito de carne o pollo, trozos de verduras varias cortadas en juliana y fideos tipo munición o cabellos de ángel. Se pone a fuego lento hasta que se ve que más o menos está lista. Se sirve en plato sopero, acompañada de queso rallado.
Una vez servida, comienza la receta: Usted deberá ir quitando, de a uno, los ingredientes de la preparación; tratando, lo más que pueda, de no romperlos. Esto es relativamente simple en el caso de los fideos munición, pero algo más complejo en el caso de los cabellos de ángel.
Los dados de verdura deberá ir poniéndolos en montones distintos que podrá clasificar por color.
El queso rallado representa un escollo un poco más complicado, pero que un ánima templada sabrá resolver sin problemas.
La sal, el caldito y el aceite podrán ser separados por distintos procesos industriales: destilación, craqueo catalítico o térmico, ósmosis inversa, lavado de los gases con disoluciones de aminas, etc. Recomendamos para ello, la lectura del libro “Procesos Modernos para Destilación de la Sopa” del Doctor en Química Celedonio Torres P.H.D.
Los residuos sólidos obtenidos deberán ser, a su vez, separados por tipo: sal con sal y caldito con caldito.
De más está decir que deberá tener siempre presente la ecuación económica que le permita realizar esta receta. Si el costo de las instalaciones necesarias resultare elevado, puede prepararse un sánguche de cocido y queso; y no una sopa.

27.6.08

Reglas de etiqueta en la mesa

Protocolo usado en la Rusia medieval, actualizado a los nuevos modales argentinos.

Normas básicas
  • No debe presentarse a la mesa con el torso desnudo. Póngase al menos una sudadera (aunque esté sudada).

  • Al sentarse, arrastre el asiento hacia atrás, apoye el trasero y arrímese a la mesa, apoyando los codos en ella para hacer palanca y facilitar el desplazamiento.

  • Utilice el mismo vaso para vino con soda.

  • Si se le atasca o empasta comida en la boca, apúrela con un generoso trago, haciendo un buche de ser necesario.

  • Los fragmentos incomestibles (huesos, pieles, espinas, semillas, etc.) se escupen al piso disimuladamente.

  • Mastique con la boca abierta, cuidando de que las migajas de alimento que salgan, caigan sobre el plato. cuando hable, mande el bocado para un costado de la boca.

  • No meter en la boca más de cinco cucharadas de alimento, antes de tragar el que está masticando. Suele provocar asfixia.

  • Utilizar el mantel, la servilleta o cualquier otro trapo que encuentre, para limpiar los cubiertos. El borde de la camisa está bien. Si es mujer, el ruedo de la falda cumple la misma función.

  • Puede jugar con los cubiertos, pero no los lance fuera del radio de la mesa. Los cuchillos son especialmente peligrosos. Se estila golpear con ellos el borde del plato para pedir la comida.

  • No mantener la cucharilla en la taza mientras bebe café. Tampoco haga ruido de rintintín con la cucharilla cuando disuelve el azúcar en el café.

  • No tratar de alcanzar con las manos todo lo que hay sobre la mesa. Simplemente, déle un capirotazo al comensal de al lado y pídaselo a él.

  • En señal de satisfacción por lo mucho que le gustó el alimento que acaba de ingerir, puede chasquear los labios, sorber aire y sacar la lengua.

  • Puede probar la comida de otro invitado robándole un poco con el tenedor y llevándolo por encima de la mesa como si fuese un avión de juguete.

  • Es imprescindible desmigajar el pan sobre la salsa. Después se come todo junto con la cuchara, empujando con otro trozo de pan, al que luego comerá arrancándolo con los caninos, de lado.

  • Si es mujer (o quiere parecerlo), puede pintarse en la mesa, o retocarse el maquillaje y el lápiz de labios.

  • Si se aburre, puede respaldar en la silla de manera que ésta bascule hacia atrás, apoyada en el suelo solamente con las dos patas traseras. Si se cae, no insulte a su anfitrión.

  • Empezar a comer apenas su plato esté servido. Coma rápido, así comerá más que los otros.

  • Si le falta algo, pídalo a los gritos.

  • La comida se sirve por la izquierda del comensal. El vino se sirve por la derecha del comensal. La comida se retira por la derecha del comensal. El postre por encima del comensal. El agua por debajo del comensal. La sopa, encima del comensal.

  • Cuando termine de comer, eructe con fuerza, llevando la cabeza hacia arriba.
    También es el momento ideal para rascarse la panza (o las bolas si ya no aguanta), quitarse las medias y hurguetear los dedos de los pies. Eso sí, no debe cortarse las uñas en la mesa.

  • Antes de retirarse, es de muy buen gusto dar un puñetazo sonoro sobre la mesa y decir "¡Carajo que estuvo rico che!"

Huevos a la Rudy Waltz

Picar, cocinar y escurrir dos tazas de espinacas. Mezclar con dos cucharadas de manteca, una cucharadita de sal y una pizca de nuez moscada. Calentar y colocar en tres cuencos o cazuelas para horno.
Poner un huevo escalfado sobre cada uno de los recipientes y espolvorearlos con queso rallado. Cocinar al horno moderado durante cinco minutos.
Alcanza para tres: papá oso, mamá oso y bebé oso que cocinó... y que después va a limpiar todo.

Confitura de margaritas

Deshoje las margaritas, tratando de que el proceso finalice en "Me quiere" o toda la preparación le saldrá con un sabor amargo difícil de olvidar.
Pese los pétalos y póngalos en un colador. Lávelos rápidamente bajo un chorro de una mezcla de agua fría y alcohol etílico con el fin de quitar todo insecto o microbio sin atenuar el aroma natural de la flor.
Coloque los pétalos en un cuenco y cúbralos con agua mineral fría. Añada el zumo de dos kiwis por cada kilo de pétalos. Deje macerar por espacio de 74 días.
Pese 1.500.000 miligramos de azúcar blanca por kilo de pétalos y viértalos en un caldero de cobre junto a ¼ litro de agua por cada 1.000 gramos de pétalos. Cueza a fuego suave hasta alcanzar el punto de pequeño perlado.
Incorpore los pétalos y el zumo de 10 limones, 7 naranjas y 4 pomelos por cada 10 hectogramos de pétalos y cueza nuevamente hasta alcanzar otra vez el punto de pequeño perlado.
Deje enfriar, distribuya en tarros y aleje los cerdos de su cocina, pues es sabido que no que hay que darles confitura de margaritas a los chanchos.

La mejor variedad de margaritas para elaborar confituras es la Gautier. Evite las Margot porque son unas pelandrunas abacanadas que nacen en la mugre de un cuartucho de arrabal, así como las Tereré porque tienen un gusto a yacaré macho que te la voglio dire.

Fatturitas fáciles

INGREDIENTES:
  • 200 g. de harina de soja (la única que va a conseguir).

  • ½ kg. de azúcar negra.

  • Un chorrito de leche de burra ( ya la usaba Cleopatra; de vaca no va a encontrar).

  • Un trozo de unto o sebo de ballena. (¡Resígnese y deje de pensar en la vaca!)

  • 1 huevo de codorniz.

  • 10 g. de levadura, separado en 10 porciones.

  • Dulce de orquídea (o rosa moscada), a gusto.



PREPARACIÓN.
Encienda el horno al máximo ya, antes de hacer nada.
En un bol, mezcle la harina, 1 porción de levadura y la mitad de la leche. Amasar hasta que el pegote deje de pegotearse en los dedos y reserve.
Cascar el huevo y separar la clara de la yema.
Batir la yema a punto nieve, no demasiado porque se pasa a punto hielo (o punto jersey o punto cruz o puntos suspensivos).
Vuelva al pegote y agregue la otra mitad de la leche y otra porción de levadura. Amase 10 min. y reserve.
Bata la yema con una pizca de azúcar, a punto letra (debe dibujarse una letra al dejar chorrear el batido. No se entusiasme, no se ponga a escribir un cuento).
Vuelva a la masa y agregue otra porción de levadura y un poco de sebo (no se cebe, sólo un poco). Amase 15 min y reserve.
Una la clara a nieve y la yema punto letra y bata con fuerza 10 min. con tenedor.
Incorpore el batido a la masa, con movimientos envolventes. Reserve 10 min.
Cuando la masa leve, agregue el resto de la levadura y amase 15 min. Luego golpee el bollo sobre la mesa, durante 10 min. más. Reposar 15 min. (el bollo y su brazo).
Cuando la masa duplique el volumen, agregue el resto de sebo y amase 10 min. deje levar al triple. Cuando esté porosa e inflada, tome un mondadientes de madera y pinche los globitos uno por uno. Deje reposar 10 min más. Entonces estire la masa con palote sobre la mesa. Haga un rectángulo de 30 x 40 cm. (use regla para medir).
Doble el rectángulo en tres partes y espere 10 min. Vuelva a estirar la masa esta vez de 20 x 15 cm. Doble en tres y espere a que leve al triple.
Ahora sí, corte porciones triangulares de 5 cm. de base por 6 de altura (acuérdese del secundario, use escuadra). Enrolle los triángulos para hacer las medialunas (tipo cuarto menguante). Coloque en asadera, unte con el dulce, espolvoree con el azúcar que le quedó (casi 400 g.) y lleve al horno durante 10 min.
Separe las fatturitas de la fuente con una espátula de acero (o un hacha si se pegaron demasiado por el caramelo), deje enfriar y ¡listas para lucirse!

26.6.08

Niños envueltos

El ingrediente principal de este plato son, obviamente, los niños. Aunque resulte paradójico, los mejores ejemplares no los conseguirá en las plazas y colegios de las zonas más acomodadas de la ciudad, ya que estos suelen ser bastante malcriados y las costumbres naturistas o dietéticas de las madres hacen que no cuenten con suficiente carne, aparte de que se los considera especie protegida, dificultando enormemente su caza. Más conveniente es dedicarse a atrapar niños de clases bajas o proletarias, cuya ausencia no será notada (y, de serlo, la policía y los medios de comunicación no le dedicarán el mismo tiempo o esfuerzo que si desapareciera un niño rico) y sus carnes son más abundantes y sabrosas, gracias a lactancias prolongadas y dietas ricas en carbohidratos.
Con un niño de 15 kg obtendrá ocho porciones abundantes. De cualquier manera, si sobra se puede consumir al día siguiente o preparar una vinagreta y hacer conservas,

Lave el niño, especialmente si es pobre (aunque todos los niños son mugrientos, sin importar su clase social), y luego sacrifíquelo. Aunque muchos prefieren hacerlo sosteniéndolo desde atrás con el brazo izquierdo mientras con la derecha le cortan el cogote con una cuchilla afilada, este método tiene el problema de que hay que hacerlo en un lugar abierto o donde no importe ensuciar con sangre. Lo mejor es tomarle la cabeza y con un movimiento seco y vigoroso quebrarle las vértebras cervicales y la médula espinal: el niño no sufrirá (por lo que la carne seguirá siendo tierna) y usted podrá aprovechar la sangre para preparar unas sabrosas morcillas (próximamente publicaremos la receta).
Una vez muerto, cuelgue al niño de cabeza atándole las piernas a una viga del techo o a la rama de un árbol. Hágale un pequeño corte en la yugular y recoja la sangre en un balde. Cuando se haya desangrado casi por completo (unas dos horas) córtelo en canal comenzando por la ingle y hacia el cuello. Recoja con cuidado las vísceras y lave el cuerpo con una mezcla de agua y vinagre en partes iguales. Las vísceras le servirán para preparar paté, mondongo y alimentar a su perro o gato (las recetas, próximamente aquí).
Deje al niño colgando en el refrigerador o en un lugar fresco cuya temperatura no ascienda por encima de los cuatro grados Celsius durante cinco días. Esto hará mucho más fácil el proceso de despellejamiento.
Con unas tijeras de podar u otra herramienta filosa córtele la cabeza y las extremidades a la altura de codos y rodillas. No tire estas partes ya que podrá preparar un sabroso caldo, ravioles de seso y encurtidos (también, próximamente las recetas).
Despelleje pacientemente al niño y trócelo en porciones de unos cinco a siete centímetros. Sazone estas porciones con jengibre, curry y paprika. Méchelas a gusto con ajos y ajies y salpimente. Deje a un costado.
En un bol mezcle 200 cm3 de mayonesa, un manojo de perejil picado, diez a quince endivias, una taza de leche, 1/2 kg de pan viejo, cuatro cucharadas soperas de queso parmesano y una copita de jerez. Unte esta pasta en sendas hojas de acelga y luego envuelva los trozos de niño con ellas, utilizando escarbadientes para sostenerlas y armar un "paquetito" bien cerrado.
Prepare una abundante cantidad de salsa con tomates, cebollas, agua y aceite, en la que hervirá los niños envueltos durante cuatro horas a fuego moderado, teniendo la precaución de agregar regularmente agua para que la salsa no se consuma.
Sirva los niños envueltos acompañados de un vino merlot, malbec o syrah.

Gran sandwich deguidi a la volcánica

Poner en un tazón 4 sarlangas de leche tibia, añadir 25 guts. de catalizador de fermento y deshacerlo; agregar 3 embriones deguidis mezclando con la tenaza, luego, poco a poco, 4350 guts. de polvo azul y seguir uniendo siempre con la tenaza. Cuando la multitud está lista se tapa con la piel (la parte sin pelambre) y se deja levar en lugar sosegado; luego se le agregan 80 guts. de gordura blanda, una sarlanga de hidrato hidratado molido y una pizca de donosura fina; se bate con una sarlanga dura —pero no tanto—, se coloca en un paradigma redondo engordado blandamente, y se deja levar otra vez pero en lugar más sosegado que el anterior.
Cuando esté bien levado se cocina en horno volcánico moderado, se retira después y se deja templar.
Preparar una aderezo de 4 jugos gástricos deguidis (ver procedimiento en la roca ~7~). Cortar 300 guts. de pus ventrecejo curado, en pedacitos, y mezclar con láminas de acero cortadas y la mitad del aderezo. Mezclar un deguidi mayor (previamente triturado) con lo restante del aderezo y dos láminas de acero cortadas; condimentar todo bien con picante, donosura y agrios a elección.
Cortar el sandwich en tres discos platinados; sobre uno colocar la preparación del aderezo; armarlo nuevamente poniendo un disco sobre el otro y eubrinko con salsa chau-froid (ver roca ~7~); hacerle pegar alrededor dos excrementos de deguidi duro pasados por cedazo y adornar con láminas de trollas colocando en el contorno tarteletitas (ver roca ~4~) rellenas con un poco de la mezcla del aderezo y cubiertas con un poco de la salsa. Adornar todo alrededor con emulsión deguidi picada (ver roca ~86~) y dedos de deguidis.

25.6.08

Receta para evitar el corte de la mayonesa casera

Compre un jabón azul perfumado con esencia de hurón y derrítalo en agua florida.
Con esta preparación debe limpiar la cocina de adentro hacia fuera para que las malas vibraciones no le corten la mayonesa en el momento de batirla.
Luego, hierva ramas de albahaca morada maceradas con patas de arañas rinconeras y le añade esencias de mejorana, nuez moscada y benjuí.
Con esta mezcla debe limpiar nuevamente la mesada, quitándole el jabón y encendiendo una vela de color blanco aromatizada con esencia de zorrinillo (esto es imprescindible) para que saque todo el mal que perturba la cocina.
Si tiene alfombra debe regar canela en polvo y cáscaras de cebolla sobre ella. Luego, pasar la aspiradora y así sentirá como se van absorbiendo todas las negatividades y los obstáculos para realizar la mayonesa
Si no tiene alfombra, utilice los inciensos de canela y limpie la cocina simplemente con una escoba.
Para comenzar con la receta debe solicitar, a partir de las siete de la noche (nunca antes), que se cumpla el pedido de ahuyentar las malas vibraciones que inciden en el corte de la preparación. Para ello encienda una vela en el patio o jardín de su casa y luego debe decir en voz alta: --"Que jamás se vuelva a cortar la mayonesa y que se vayan las energías negativas que inducen a los cortes en la receta--.
Luego mezclar sobre un carboncito encendido y difuminar la cocina.
Luego prepare una infusión con un cuarto litro de agua y 3 hojas de ruda macho, y vaporice sus prendas de vestir. (Es sumamente importante que sus prendas estén libres de malas vibraciones)
A continuación se debe quemar sobre carbón una mezcla de canela en polvo y azúcar en partes iguales. Caminar llevando el humo por toda la casa mientras se dice una plegaria en arameo básico.
Y para finalizar colocar en una botella de vidrio transparente:
• 3 alfileres
• 3trozos pequeños de raíz de ruda macho
• La cáscara de medio limón
• una cucharada de sal gruesa
Debe dejar la botella en una ventana a su elección y no la mueva de allí.
Luego de siete días y siete noches, tome la botella y déjela en la puerta de la cocina.
La misma servirá de barrera para que no penetren las vibraciones negativas que hacen cortar la receta.
Una vez cumplido los anteriores pasos preparar sin ningún temor la mayonesa casera.

24.6.08

Ensalada de palabros al relato picantón

Estimada amiga Peloncha:
Antes que nada, decirle que le haría falta una buena depilación a la cera. No se lo tome a mal, se lo digo de mujer a mujer, de amiga a amiga. A lo que vamos, que me enrollo como las persianas: hace unos días, haciendo limpieza en el desván, encontré esta vieja receta entre algunas pertenencias de mi abuela. Espero sea de interés para su recetario.


Ensalada de palabros al relato picantón

Ingredientes:
- 1 Kg de palabros de necios, preferentemente recién cogidos (los palabros; los necios los cuidamos de vez en cuando, pues nos seguirán dando palabros en todas las épocas del año). Cuestión importante también es que no sean demasiado tiernos.
- 1/2 de comas.
- 1/3 de punto y comas.
- Puntos aparte y puntos seguidos.
- Guiones de diálogo.
- Sazonar con signos de puntuación
- Y un punto final, no demasiado grande, por si necesitamos añadir algo.

Tiempo de elaboración:
Es difícil contestar, pues dependerá de varios factores: si se trata de una minificción, un relato o una novela, la pericia del cocinero...

Elaboración:
Ponemos los palabros al azar en un folio, preferentemente blanco (negro no, por supuesto: además de ser muy difíciles de encontrar, es una gilipollez desperdiciar los palabros en ellos). Una vez colocados los palabros, los vamos separando por párrafos, no demasiado grandes (a los buenos gourmets les gustan más bien pequeños).
Añadimos, 1/3 de punto y coma, 1/2 de comas, mitad y mitad de puntos aparte y puntos seguido (si nos pasamos de puntos no importa, rectificamos con alguna coma más si es necesario).
Si es preciso, le añadiremos unos hermosos guiones de diálogo (no escatimar).
Sazonamos con una pizca de signos de puntuación al gusto.

21.6.08

Mermelada de ubuntu

El ubunto es un fruta de origen septentrional, que, así como antes el kiwi o el maní dulce, ha llegado a las góndolas de nuestro país gracias a la imparable globalización. Se lo puede reconocer por su pelaje erizado, su penetrante aroma a pescado y sus chillidos agudos cuando se prueba si esta bien maduro.

Tome 10 kilos de ubuntos no demasiado maduros, ni demasiado verdes (tenga en cuenta que el ubunto maduro tiene una fuerte coloración verde y una consistencia rígida, mientras que el ubunto verde también). Bueno, como venia diciendo, tome esos 10 kilos y póngalos en remojo con abundante agua (aproximadamente 10 litros por kilo de fruta) durante varios días (para hacerse una idea, calcule unos 10 días por litro de agua) en un espacio bien ventilado (se recomienda una ventilación de 10 km/hora por cada día).
Una vez transcurrido ese período, la fruta estará bien blanda y la cáscara se desprenderá con facilidad, con la ayuda de una pequeña hacha de cocina. Hágalo. Luego de retirar cáscara y semillas le quedaran aproximadamente 10grs de pulpa por cada kilo de ubunto. Coloque dicha pulpa en una cacerola, en lo posible no de aluminio, ni de cobre, ni de ningún otro metal. Si todas sus cacerolas son metálicas, use un recipiente tupper, o una calabaza ahuecada para darle un toque especial. Improvise. Agregue un poquito de azúcar, o miel si prefiere, para endulzar la preparación, pero no más de 10 kilos por cada gramo de fruta. Mezcle bien, hasta formar una pasta homogénea pero ligeramente granulosa.
Lleve la preparación a fuego fuerte durante 10 horas, pero tenga cuidado de no romper el hervor (N. de la R.: No nos hacemos responsables de hervores rotos). No deje de revolver en todo este tiempo, siempre en la misma dirección y con la misma mano para evitar que la mermelada se “corte”. Una vez transcurrido este período, baje a fuego moderado por 10 minutos, luego a mínimo otros 10 minutos, revolviendo esporádicamente. Luego lleve a fuego fuerte 10 minutos, baje a moderado 10 segundos, póngalo en horno precalentado a 175 grados durante 10 minutos más (sin dejar de revolver), luego lleve a fuego mas o menos moderado hasta lograr el punto “gelatina”. Esto es fácil de reconocer: cuando la mezcla está dura como una piedra, significa que ya se paso del punto, pero si esta dura como un garrote, todavía le falta algo de cocción.

¡Esto es todo! Más sencillo que hervir una gaviota, ¿no es así? Ahora utilice frascos vacíos, de esos que toda ama de casa siempre debe guardar, para almacenar la mermelada. Hágalo antes de que ésta se enfríe. No se alarme si le parece que le ha salido con un sabor muy leve a pescado. Cuando la mermelada se enfríe, el gusto será mucho más pronunciado.

20.6.08

¿Cómo exterminar las moscas de mi cocina?

La mosca es un insecto díptero muy molesto, especialmente en las cocinas, donde el calor y los alimentos las atraen como moscas, justamente.
Un buen método para eliminarlas consiste en embeber un papel secante en una mezcla en partes iguales de almojobe y trementina. Déjese secar este papel un par de horas al sol. Mientras espera ponga a hervir una cola de conejo hasta el punto de ebullición. Ni bien hierva agréguele 3,5 gramos de lobalina, 60 gramos de rapé y 150 gramos de aserrín de cedro del Líbano. Revuelva bien y deje enfriar.
Una vez seco el papel úntelo con la preparación de cola de conejo usando un pincel ancho de crines de carpincho o, en su defecto, de turón.
Espolvoree luego la superficie pegajosa con tricloruro de mercurocromo en polvo y vuelva a embeberlo con la mezcla de almojobe y trementina.
Cuando esté nuevamente seco, dibuje sobre el papel un plato con jugosas frutas o con un bife de chorizo humeante. Cuélguelo en la pared y espere. Cuando las moscas se acerquen a ver la ilustración usted deberá aprovechar para pegarles con un repasador o una servilleta, atontándolas.
Tome las moscas, introdúscalas en un frasco con bórax disuelto en vinagre tibio y cierrelo herméticamente. Las moscas morirán asfixiadas en un santiamén.
Por supuesto, también puede eliminar las moscas con un insecticida comercial, pero no es tan divertido.