En primer lugar, toma el chancho comprado en la carnicería y desplúmalo en agua caliente. Es un aspecto que debes cuidad para que tus invitados no tosan con las plumas de estos volátiles torpes.
Una vez pelado se masajea al cerdito con sal gruesa y vino por dentro y por fuera, entras y sales, subes y bajas por el cuerito. Agrega una mezcla de picantes capaz de estallar ante la llama.
En un cuenco habrás preparado grasa de cerdo derretida con una buena cantidad de orégano y hojas de la biblia. Eso lo usarás para untar el santo cochinillo.
Meterás el animal muerto, preferentemente, en el horno bien caliente. Estarás dedicado a él varias horas, de modo que ármate de paciencia y de un revolver, mínimo del 32, por si quiere salir del horno, dado que a veces los carniceros nos venden chanchos zombies.
Y levantando vuelo... mis dragones
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Y acá van mis niños alados. Ojalá tengan buenos vientos bajo las alas y
vuelen alto y lejos... Realmente, una delicia cada una de las ilustraciones
de Mari...
Hace 8 años.
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